Entrevista
Fran Sardón, presidente de Predif
“La prestación de asistencia personal es la que da más sentido al sistema de dependencia y sin embargo es la única que no se ha regulado”
30/11/2018
Blanca Abella
La figura del asistente personal está cada vez más presente en nuestras vidas, sobre todo gracias al trabajo de organizaciones como Predif, que tiene en su prioridad lograr que este servicio alcance el reconocimiento necesario. Aunque no existe todavía una regulación adecuada, el sector de la discapacidad sí sabe cómo debe hacerse y espera a que los responsables públicos retomen esta cuestión. Solo falta voluntad política, según Fran Sardón, quien afirma que en el sistema de dependencia, la figura del asistente personal es la única que no se ha regulado y es sin embargo la que da más sentido al propio sistema.
¿Cómo definiría la situación actual de Predif y sus principales inquietudes en la atención a las personas con discapacidad?
Predif se encuentra en un momento álgido, con proyectos importantes y líneas estratégicas de trabajo muy definidas, en un momento ilusionante. Los años de crisis nos han servido para trabajar y ver mejor las necesidades de las personas con discapacidad, hemos estado muy a pie de calle y nos hemos impregnado de las demandas y necesidades de futuro de las personas a las que representamos y, entre otras cosas, nos ha servido para poner en marcha y liderar todo lo que se refiere a la asistencia personal, que todavía no estaba regulado en el sistema.
¿Es necesario regresar a la calle y escuchar a las personas con discapacidad a las que representan?
Es fundamental, los dirigentes y técnicos estamos aquí porque hay personas con discapacidad que no tienen todos los instrumentos de participación ciudadana en su mano y tenemos que estar con ellas, que son las que nos dicen por dónde quieren que vayamos y cuál es la forma y el fondo a la hora de defender sus derechos. Estar a pie de calle, no es que sea necesario, es que hay que hacerlo todos los días.
Y, ¿cómo se regularía la figura del asistente personal en la que ahora trabaja Predif con verdadero ímpetu?
Es una figura y un modelo que rompe con todo lo que se da en la atención a las personas con discapacidad actualmente, pasamos a un modelo en el que es la persona la que realmente diagnostica cuáles son sus necesidades. Lo que necesita la persona con discapacidad es una persona que pueda hacer todo aquello que por sí mismo no puede hacer, pero es la persona con discapacidad la que toma las decisiones, no hay nadie que tutele o dirija esa toma de decisiones. En definitiva, hasta ahora el modelo que se venía empleando era o bien el institucionalizado, o bien cuando otras personas decían qué necesitaba una persona con discapacidad. Parecía que por el hecho de tener una discapacidad la persona no tenía capacidad de tomar decisiones y tomar las riendas de tu vida.
¿Cómo ha trabajado Predif en la profesionalización de este servicio?
Predif ha creado un grupo de trabajo de asistencia personal en el CERMI Estatal, donde hemos hecho un trabajo muy importante con todas las federaciones. En este grupo se puso en común y se consensuó todo lo referido a la asistencia personal. Partíamos de la base de que el modelo de vida independiente inicial planteaba que los asistentes personales no debían tener una formación especial sino que la formación requerida era la que planteaba la persona con discapacidad. Nosotros entendemos que tiene que ser así pero tampoco está de más que reciban una formación, un curso hecho ‘ad hoc’, con 50 horas de contenido en torno a la asistencia personal, la vida independiente y la toma de decisiones, cuestiones generales y otras más específicas. Todo ello teniendo en cuenta que la formación más importante es la que le dará la propia persona con discapacidad.
Supone también un cambio de nuevo modelo muy necesario desde hace ya tiempo, ¿no es así?
Hasta ahora la atención a las personas con discapacidad se hacía en función de su discapacidad, ya fuera física, intelectual, sensorial… pero ahora, con la asistencia personal casi el tipo de discapacidad pasa a un segundo plano, no se atiende a la persona en función de su lesión medular o de la esclerosis múltiple, eso es secundario, se atiende a la persona en función de sus necesidades particulares, porque dos personas con una discapacidad similar no tienen las mismas necesidades, y además las circunstancias personales de cada uno son distintas y las necesidades de apoyo también. De ahí que sea muy difícil decidir el tipo de formación que necesita el asistente personal. El curso de 50 horas, consensuado en el marco CERMI, sirve para que la persona tenga el contexto de lo que es la asistencia personal.
¿En el grupo del CERMI que ha trabajo esta cuestión está también definido el tipo de regulación necesaria para este servicio?
La asistencia personal ya está reconocida en el sistema de dependencia, pero en función de la comunidad autónoma … Ahora mismo son el Imserso y el ministerio quienes tienen que arbitrar una norma en común y poner de acuerdo a todas las comunidades, nosotros nos hemos reunido con ellos, llevamos 12 años con el sistema de dependencia y esta prestación es la única que no se ha regulado, cuando es la que da más sentido a este sistema, por la cuestión de la autonomía personal. No hay ninguna justificación para demorar esta regulación y menos todavía cuando hay un consenso en el sector de la discapacidad. Ya no queda nada más que hacer que la voluntad política de hacerlo. El Gobierno debería volver a constituir la mesa de negociación que estaba liderando el Imserso con todas las comunidades y con el CERMI para retomar estas negociaciones.
¿Por qué cree que no se avanza en este tema cuando lleva tantos años pendiente?
Nos preocupa que todavía hay políticos que no entienden qué es la autonomía personal ni entienden que las personas con discapacidad tomen sus propias decisiones, tienen ese sentido de tutela y protección, esa idea de que a las personas con discapacidad hay que tutorizarlas, acompañarlas o hacer un seguimiento con ellas.
Recientemente, en el II Congreso internacional de asistencia personal, aseguraba usted que la Asistencia Personal también es una herramienta de empoderamiento de la mujer.
Estamos sacando a la luz toda la situación de violencia que sufre la mujer con discapacidad, que muchas veces viene motivada por esos niveles de dependencia que tienen las mujeres con discapacidad respecto a su entorno, al entorno familiar, al hombre, al entorno social en el que vive. Y a mayor dependencia, mayor riesgo de discriminación y mayor riesgo de violencia. La asistencia personal, que viene a ser una herramienta para la mayor autonomía de las personas, va a significar una herramienta de freno y de resistencia frente a estos episodios de violencia y de discriminación que especialmente sufren las mujeres con discapacidad.
Y para finalizar con un tema de plena actualidad, ¿qué opina de la moda del patinete y de la difícil tarea de convivir hoy en día en las aceras de las ciudades?
La accesibilidad es un tema complejo y no se pueden tomar decisiones en función de modas y a la ligera. La accesibilidad es algo que tiene que ir estrictamente unido a la seguridad. Si tenemos que compartir espacios las personas con discapacidad, las personas con movilidad reducida, las personas mayores, con ciclistas y personas en patinete, estamos vulnerando el principio de seguridad. Estoy totalmente de acuerdo con que la gente se mueva en bici, en patinete, pero la situación de ahora en las aceras, entre las terrazas, los alcorques de los árboles, el carril bici… dejan metro y medio para que los peatones circulen sin ningún elemento de seguridad. No se puede convertir a los peatones en las víctimas y compartir espacios que no están pensados para compartir. Y esto no es ir contra nadie, no, es simplemente sentido común y ligar siempre el concepto de accesibilidad al de seguridad.